En el encuentro, Jorge Rivas señaló que “necesitamos un socialismo fuerte, que ayude a profundizar los cambios y que siga trabajando en la convergencia entre nuestra propia tradición socialista y la de la izquierda nacional y popular. Ya nos lo marcó ese gran poeta que fuera nuestro compañero Mario Bravo: el nuestro no es partido de gobierno ni de oposición, sino de clase, y en realidad fue él quien nos dejó claro hace más de cincuenta años donde debíamos estar en esta confusa etapa”.
"Participaron más de 500 militantes socialistas de la provincia de Buenos Aires y de otros distritos como Córdoba, Entre Ríos, San Juan y La Rioja, todos juntos, por el fortalecimiento del PS bonaerense en la construcción de un proyecto político que profundice políticas sociales, culturales y económicas para el bien del pueblo y los trabajadores", dijo Basteiro.
González, por su parte, declaró que "sin perder la plena autonomía política, el socialismo bonaerense acompañará todas aquellas medidas oficiales que signifiquen profundizar el modelo productivo y de inclusión social que encarna el gobierno nacional".
Marcos Viancheto / Sabrina Roth
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Discurso de Rivas:
Compañeros:
Vivimos una etapa crucial para nuestro país, ya que se enfrentan dos bloques políticos claramente antagónicos. En uno confluyen la tradición nacional y popular junto con la izquierda institucionalista, y allí decidimos estar, porque lo que queremos no es seguir siendo comentaristas de la etapa, sino embarrarnos en la realidad en busca de una nueva identidad política que sirva como herramienta de cambio en la dirección que proponemos.
El otro bloque es un rejunte en el que la tradicional y rancia derecha se amontona con la nueva, igualmente recalcitrante cuando de defender su renta se trata, y con un grupo de organizaciones satélites que le son funcionales. Es allí donde se encuentra nuestro partido en el orden nacional, un lugar del que exigimos salir, ya que vuelve a repetirse el error histórico de estar en contra de los intereses populares. La última vez que lo cometimos, tuvimos que andar más de medio siglo como patrulla perdida.
Ya nos lo marcó ese gran poeta que fuera nuestro compañero Mario Bravo: el nuestro no es partido de gobierno ni de oposición, sino de clase, y en realidad fue él quien nos dejó claro hace más de cincuenta años donde debíamos estar en esta confusa etapa. Esto es así porque sería tan necio negar los importantes avances que en estos últimos años ha experimentado el pueblo trabajador, como también lo sería negar lo mucho que aún nos falta avanzar para lograr edificar una sociedad realmente justa.
A algunas cosas las vamos aprendiendo al andar, y a otras las aprendimos ya hace tiempo. Ya no podemos engañarnos, por ejemplo, con aquel viejo aserto según el cual “cuanto peor, mejor”, es decir que a mayor agudización de contradicciones, mejor caldo de cultivo para revueltas revolucionarias. Tampoco podemos guiarnos por la idea determinista de que primero debe derrumbarse el viejo edificio totalmente para poder construir uno nuevo o por aquella de que un cambio revolucionario es un mágico acto como el de pasar de la vida a
Por eso decimos que hay que profundizar los cambios cuidando lo que se ha avanzado, ya que somos conscientes de que ese proceso de cambios molesta al bloque depredador, que va a tratar de detenerlo de variadas maneras. Además de ser poderosos, los enemigos del progreso social están bien organizados, lo que le da un sabor especial a cada paso que se avanza con su oposición.
Es imperioso también que se entienda la necesidad de pluralidad y diversidad para empujar un verdadero programa de reformas, aprendiendo de la derecha, que no se detiene en los matices ideológicos cuando de defender sus intereses se trata. Nosotros también tenemos intereses concretos que defender, como ayudar a sacar a compatriotas de la pobreza, crear trabajo estable y de calidad, democratizar
Estamos reasumiendo con alegría la conducción del partido en la provincia, para sacarlo de la virtual clandestinidad en la que ha estado este último año y para darnos más organización, como lo exigen los difíciles tiempos que se vienen. Les vuelvo a decir que el presente es de militancia, esfuerzo y concientización. El futuro es nuestro.
Por último quiero agradecerles tanto afecto recibido, seguro de que ha sido fundamental para poder estar nuevamente militando junto a ustedes por una sociedad justa.
Un enorme abrazo a todos y muchas gracias.
¡Viva el socialismo!
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